miércoles, 31 de agosto de 2011


Me siento tan pequeñita detrás de esa gran puerta. Me tiemblan las rodillas y agarro fuertemente mi camiseta para no temblar yo entera. A través de una rendija puedo ver lo que hay detrás, pero me da tanto miedo atravesarlas, me da tanto miedo soltar mi camiseta para poder darle el empujón necesario a las dos gruesas láminas de madera que componen la puerta por si la habitación da muchas vueltas y vuelvo a caerme.
Aun así, espero, pequeñita y temblorosa a que seas tú quien abra la puerta y me encuentre escondida.
Como jugando al escondite en donde no se sabe muy bien quien la Lleva, si tú o yo.
Aun, sin dejar de mirar la rendija, espero que seas tú el que me busque.

No hay comentarios:

Publicar un comentario